Posiblemente esta sea una de mis recetas favoritas, una de tantas favoritas...nunca sé por cual decidirme. La descubrí durante el confinamiento y realmente me conquistó. Sé que a muchos de vosotr@s os frena un poco cuando os ponéis frente a una masa que lleva fermentaciones. Pero no hay que tener miedo. Hay que buscar la forma de levar la masa de la mejor manera posible y que no nos lleve la vida en ello. Yo os confieso que normalmente con estos rollos de canela hago un poco de trampa. Los pongo a levar al lado de una estufa o brasero, el de toda la vida de la mesa camilla; y en unos 40 minutos está la masa levada. Nos ahorramos tiempo sin duda. Otra opción es precalentar el horno a unos 40 grados y apagarlo, y entonces introducir la masa con el horno apagado.
Os dejo el enlace de la receta original. Es un blog muy interesante, y a parte Silvia tiene tienda online muy completa.. Os la recomiendo. http://blogmegasilvita.com/2018/04/la-mejor-receta-de-cinnamon-rolls.html
En un bol mezclamos los líquidos tibios junto con el azúcar y la levadura. Lo movemos hasta que se derrita y lo dejamos reposar unos minutos para que se active la levadura. Mientras tanto en un bol incorporamos la harina, el huevo y la pizca de sal. Cuando haya transcurrido el tiempo de reposo de los líquido los agregamos a la harina y con la amasadora y el accesorio de gancho los amasamos a una velocidad media baja hasta que quede una masa homogénea. Este proceso llevará unos 5 minutos.
A continuación con la amasadora en marcha incorporamos la pasta de vainilla y la mantequilla a daditos, poco a poco. Cuando terminamos de incorporar toda la mantequilla seguimos amasando durante 10 minutos. Quedará una masa suave y tersa, nada pegadiza.
En un bol engrasado dejamos reposar la masa tapada con papel film hasta que doble su volumen.. Dependiendo de la temperatura ambiente puede tardar entre 1 y 2 horas.
Pasado el tiempo del primer levado, estiramos la masa en forma rectangular. Cuando tengamos la forma y el grosor deseado la pintamos con la mantequilla derretida y a continuación espolvoreamos con el azúcar y la canela haciendo un poco de presión para que la mantequilla absorba los ingredientes sólidos.
Del lado más largo enrollamos con cuidado hasta formar un cilindro alargado y lo cortaremos en tantas partes como queramos, depende del grosor de los cortes. Disponemos los rollos en una bandeja o molde desmoldable y lo volvemos a dejar fermentar hasta que doble el volumen..
Precalentamos el horno a 200º C y pintamos los rollos con un poco de leche. Los horneamos durante 20-25 minutos hasta que estén ligeramente dorados.
Los dejamos enfriar.
Yo no les pongo glaseado, me gusta más con el sabor de la canela y mantequilla sin nada más. Pero si decidís ponerlo simplemente hay que mezclar el azúcar glass, el queso y la leche hasta que estén bien integrados; y cuando los rollos estén templados se lo vertemos por encima. Este parte ya es a gusto del consumidor.
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